Aún en la tormenta, ¡Mis hijos creciendo!

Hace unos días leí un texto que hablaba sobre el crecimiento de los hijos y cómo sin darnos cuenta de un momento a otro dejan de ser niños, se vuelven adolescentes y en un abrir y cerrar de ojos ya casi son adultos…. La persona que escribió el texto narraba situaciones cotidianas de la vida que la hacían sentir nostalgia por aquéllos momentos que disfrutaba a sus hijos durante su niñez y cómo ahora tenía un sentimiento de vacío y tristeza por ver a sus hijos unos jóvenes casi adultos….

Mis hijos han crecido también, y mucho; sin embargo, yo veo la situación de una forma distinta, porque la vida nos ha puesto situaciones muy complicadas y aún viviendo en una tormenta, he visto cómo han reaccionado mis hijos ante estos momentos. He pensado mucho en su infancia y los días increíbles que pasamos todos juntos, desde las mañanas de locura y acelere para llegar a la escuela, las tardes de clases y cenas  en familia aveces sin decir gran cosa porque todos estamos cansados hasta los días de sol,  agua, risas, retos, carcajadas, abrazos, cosquillas,  juegos, canciones,  y miles de emociones que se reducen a una sola palabra, todos, absolutamente todos, días de Amor.

Hoy escribo este texto porque efectivamente mis hijos han crecido… el fin de semana Lalo mi hijo me acompañó a una competencia de natación de Masters en la UNAM, y en un momento lo vi caminando a un lado de la alberca y me di cuenta que estaba acompañando desde afuera del agua al competidor de mayor edad, más de 80 años, y mientras él nadaba su prueba de 100 metros, Lalo caminaba a su lado y le echaba porras para segur, cuando finalmente llegó a la orilla, Lalo le empezó a aplaudir lo que hizo que toda la gente que estábamos alrededor de la alberca aplaudiéramos el esfuerzo del competidor pero en realidad yo le aplaudí a Lalo!  Al día siguiente una amiga de la natación (Rosaura Hernández (Categoría 80+), se acercó y me dijo: “¿ves ese muchacho tan guapo de playera anaranjada?”, “me ayudó a salir de la alberca, no sabes qué amable!” Era Lalo! ¡Mi Lalo ha crecido y justo de la forma en que crece un ser humano lleno de amor!

Andrea, también ha crecido, y mucho más de lo que mide en estatura, su amor por su papá ha cambiado su perspectiva de vida y ahora, su amor se lo ha dado a Eduardo de una forma alegre y amorosa. Sin embargo, su forma de crecer me tiene impresionada… en una reunión con familia y amigos, Andrea hizo una oración, que al menos a mi, me dejó sorprendida. Oró como una persona adulta en fé, sabiéndose con autoridad para pedir a Dios  bendiciones para todos los presentes y demostrando nuevamente, al igual que Lalo, ¡que ha crecido  en amor!

¡No tengo mas que agradecer a Dios por la forma cómo han crecido mis hijos, de la mejor manera y desearles que cada día de su vida sigan creciendo así, en bondad, en fé, en cariño, en servicio y sobretodo en mucho amor!

¡Dos niños maravillosos que han crecido en Amor cada día de su vida!
¡Dos niños maravillosos que han crecido en Amor cada día de su vida!