Días de sol
Una semana de vacaciones llena de días de sol y agua y mucha actividad, momentos de risa y momentos de familia que alegran y dan ánimo para lo que viene y sin embargo, cada día que pasa el entrenamiento se hace más pesado y más difícil, encontrar el tiempo para entrenar se complica. Los días empiezan muy temprano con actividades que mis hijos disfrutan y yo también, y se alargan hasta altas horas de la noche. A diferencia de cuando eran más pequeños que después de las nueve de la noche ya no existía la posibilidad que estuvieran despiertos, ahora no, ahora pasan las nueve y las diez y siguen disfrutando de sus días de vacaciones y yo disfruto de verlos contentos pero al mismo tiempo contando las horas que voy a dormir antes de que suene mi alarma que indica que es hora de levantarme para irme a entrenar…. cuando escucho la alarma a las 6 de la mañana, mi cuerpo no reacciona, estoy tan cansada que me toma más tiempo del normal levantarme y prepararme para irme a nadar, así lo he hecho todos los días y cuando finalmente me echo al agua y empiezo a nadar, aunque me pesan los hombros y sigo un poco entumida de toda la actividad que he tenido en la semana, esquí acuático, carrera, tenis y muchísimas horas en el agua, brazada a brazada me voy sintiendo mejor y me sonrío, una sonrisa grande que muestra que estoy orgullosa de mi misma por estar en el agua dando brazadas aunque sean vacaciones….ya lo dije antes y lo he pensado en estos días, el entrenamiento no conoce la palabra vacaciones!
Muy pronto llegará el 18 de agosto y voy a estar lista para empezar el nado Ederle, 18 millas de Battery Park, Manhattan a Sandy Hook, Nueva Jersey y seguramente pensaré en los días de entrenamiento durante las vacaciones y estoy segura que voy a sonreír llena de confianza y fortaleza…espero que así sea!