EderleSwim…al día siguiente

Hoy amanecí con dolor en el cuello y los hombros, con la lengua hinchada y los ojos como dos pelotas dentro de unos párpados enormes, como ojos de sapo, por la cantidad de agua de mar que tragué ayer durante el nado. Amanecí con un poco de tos. Al toser, me duele el abdomen y también la garganta. Aunque no hizo frío, yo creo que entre el esfuerzo y el agua de sal, se irritó e inflamó mi garganta por lo que me duele. Amanecí cansada pero también amanecí con una sonrisa enorme. Con la sensación de haber cumplido una meta, de haber logrado un objetivo anhelado y con la convicción de que cada nado en mi vida, me ha dejado mucha vida.

El esfuerzo de prepárame, de entrenar día a día, de organizar mi vida entre mis hijos, mi casa,  trabajo, entrenamiento y Quiero Sonreír, la causa por la que nado, que cada kilómetro en el agua se traduzca en cirugías para niños con labio y paladar hendido,  ha sido como el esfuerzo de un malabarista tratando de mantener al aire y en movimiento varias pelotas todas de  diferentes formas, tamaños y materiales….. exige concentración, trabajo y equilibrio para no dejar caer ninguna de ellas.  Si una se cae, todas las demás caen.. Así ha sido mi vida los últimos años,  como un circo con diferentes pistas que funcionan todas de manera eficiente y al mismo tiempo, solo que en este caso, parece que quien actúa en cada pista soy yo…he tenido que encontrarle horas extras al día para que el tiempo se alargue y entonces haya tiempo de echar a andar el mecanismo que me pone en funcionamiento para ser mamá de dos adolecentes, esposa, llevar una casa, trabajar, entrenar, ser amiga, hija y hermana…  y en varias ocasiones no he logrado encontrar las horas extras,  y he quedado mal, y en esas ocasiones me ha llenado un sentimiento de malestar, tristeza y angustia de pensar que no puedo con todo.  Después de unas lágrimas, respiro profundo y vuelvo a empezar…tengo la motivación de que me esfuerzo por muchas razones.

Ayer, al echarme al agua en Battery Park, Manhattan, se me salieron dos lágrimas al recordar todo lo que significaba para mí estar ahí, al escuchar el silbatazo de inicio y comenzar a nadar me sentí afortunada de ir acompañada en la embarcación guía por Eduardo y mi hijo Lalo, en el Kayak, por Gela y Andrea junto con mi mamá y mi tía me esperarían a mi regreso en el muelle. Mientras nadaba, le dí una intención a cada brazada, y así como cada minuto hay que vivirlo y disfrutarlo, también cada brazada…. Fue un trayecto increíble, pero difícil, con mucha corriente a favor que me desvió un buen tramo y  un mar picado y con oleaje pero cada brazada, una después de la otra me llevó hasta llegar a la otra orilla.

Al pasar nadando a un lado de la Estatua de la Libertad, le hice una sonrisa….. ya que me recordó que la libertad se trabaja cada día, y  conlleva esfuerzo, trabajo, conocimiento y aprendizaje; seguí nadando con esto en mente y llegue a Sandy Hook, Nueva Jersey; 5 horas 50 minutos después de haber iniciado este nado: Ederle Swim…en honor de Gerturde Ederle y en honor de todas las mujeres y hombres que con su esfuerzo y trabajo cada día dejan una huella imborrable en la historia de su vida. Mi esfuerzo en el agua ha dejado una huella que al despertar hoy, aún con el cuerpo adolorido por el esfuerzo, me deja una sonrisa enorme y la convicción de que: ¡mis brazadas en el agua significan mucha vida!

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