¿Día de las Madres?

Pues así como otros años, he esperado el día de las madres desde una semana antes, con la ilusión de celebrar en una comida con mi mamá, mis hijos, mi hermana y sus hijos, mis tías y mis primos en donde todos llevamos cositas ricas de comer y compartimos toda la tarde hasta el anochecer, este año, la verdad es que ni siquiera lo traía en la mente.

No poder celebrar en familia me estaba entristeciendo demasiado… así estuve toda la semana y además, la cabeza se me llenó de miles de recuerdos, de los bonitos, y de los no tanto… ¡Como el día que Lalo, tendría como 6 meses, me escupió toda la papilla de espinacas, me tardé más en limpiar todo y limpiarlo a él, que algunos de mis nados de 5 kms! Y el día en que fuimos a visitar el Velero Escuela Cuauhtémoc, y por estar jugando con el timón, ¡encendió el motor del velero!

El día que fuimos a Chapultepec para que Andrea aprendiera a andar en bici, ufff, ese día corrí más que el día del IronMan, y lo logró, y como todo el que se sube a una bici, ¡se cayó y todavía no me acabo el berrinche y la enojada por no haberla enseñado bien!

De la lectura, ¡largos nados de paciencia! También recordé el día que me citaron en la escuela y me informaron que debido a una “situación”, Andrea no tendría reinscripción, ¡revolcada de la ola! La primera vez que ví a Andrea arreglada casi me voy de espaldas, y ¿donde quedó la bebé de la casa? El primer día de trabajo de Lalo, ¡en ninguno de mis nados he tenido más expectativa de cómo sería la nadada! 

Recordé tantos momentos, algunos me hicieron reír, el tiempo ayuda, otros, me llenaron los ojos de lagrimas. Hoy, ser mamá, la considero la travesía más espectacular que he hecho en la vida. 

Y como cada día es una nueva oportunidad, este año, la celebración del Día de las Madres, fue muy especial y sobretodo, recordando esta maravillosa travesía que se llama: ¡ser mamá!