Para que sea más fácil…

¡Uf, qué trabajo me ha costado comer mucho más consciente!

 Parece que fuera muy sencillo pero hoy puedo compartir que no ha sido sencillo. Antes que nada, voy a hacer referencia a un evento que me permitió subir 8 kilos de peso y que ahora, estoy tratando de bajarlos. Hace dos años, para nadar el Canal de la Mancha, parte de mi preparación física, además de muchísimos kilómetros de natación, tuve que subir mi porcentaje de grasa corporal, para poder resistir tantas horas en agua fría y no caer en hipotermia. Como dicen por ahí, “no hay focas flacas”.

El año pasado ese peso extra también me sirvió para nadar el Canal de Catalina. Este año, voy a nadar el Nado Ederle, y estoy tratando de bajar de peso para adquirir velocidad en el agua y por lo tanto he estado muy consciente de mi alimentación.

Para los que hacemos ejercicio diario, bajarle a la alimentación no es fácil porque hacer ejercicio te da mucha hambre entonces el proceso se vuelve complicado pero he visto que me han funcionado algunos tips que comparto aquí:

 

1.- ¡Para el hambre feroz, muchas verduras!

Cuando llega la hora de la comida y estamos a punto de darle una mordida al de alado porque  tenemos hambre como la del lobo feroz, comer muchas verduras es una opción muy buena ya que las verduras te llenan mucho y no tienen tanto contenido calórico. Lo que yo hago es comer mis porciones de proteína (carne, pollo o pescado) y de carbohidratos (arroz o pasta o tortillas o avena ,etc) y como sigo teniendo hambre pues como verduras: espinacas, calabacitas, ejotes, pepinos, brócoli en fin, ¡hay mucha variedad!

 

2.- ¡Aguas con confundir hambre con sed!

Cuando termino de nadar, salgo de la alberca con muchísima hambre y me he dado cuenta que a veces no es hambre sino sed. Lo mismo me pasa a lo largo del día, por ahí de media mañana o media tarde, empiezo a tener esa sensación como de que quiero comer algo y he ido reconociendo que no es que tenga tanta hambre sino que tengo sed. Antes de comerme una barra  de cereal o una colación como medio sándwich de pavo o un par de galletas saladitas con una rebanada de queso panela, me tomo dos vasos de agua y listo…¡tenía sed!

 

3.- Para no extrañar las golosinas…. ¡uvas!

Esas golosinas dulces que solo nos suben el nivel de azúcar misma que luego se convierte en grasa, a veces me traen loca y de verdad muero por una golosina dulce  a media tarde.  Hace poco una amiga me  dijo, en lugar de esa golosina súper azucarada y engordativa, prueba comer unas uvas… Lo probé y me ha funcionada muy bien; 10 uvas, me las como despacito de una en una y me van quitando esa ansia de algo dulce. Descubrí una maravilla, separo las uvas en porciones de 10 en 10 y las pongo en una bolsita de plástico y las meto al congelador y entonces a media tarde las saco del congelador y como están congeladas, me las como más despacio y se  han convertido en una golosina deliciosa sin tanto contenido calórico y además con fibra por la cáscara.  ¡Que maravilla las uvas!

Comparto estos tips que a mi me han ayudado y que pienso que son muy buena opción para los que por alguna razón quieren perder unos kilitos extras o bien quieren ser más conscientes de su alimentación.

 ¡Les deseo mucho éxito!

Mariel

Imagen

 Imagen