Que las piedras que nos caigan en la vida, no nos paralicen ni nos atrapen…

¡El deseo de vivir y el deseo de amar me salvaron la vida!

Por ahí dicen que el instinto de sobrevivir es el instinto más profundo que tienen los animales y los seres humanos. Las personas estamos en este planeta para vivir, tal cual, para disfrutar la vida, con todo lo que conlleva, tristeza, esfuerzo, dolor, angustia, alegría…para vivir.

Ayer tuve la oportunidad, de escuchar en conferencia, a Aron Ralston, quien en un momento de dificultad extrema tuvo que escoger entre morir y vivir…. y.. ¡escogió la vida!
A partir de que escogió vivir, su vida cambió y dio un giro de más de 180 grados. En el momento que escogió vivir, él sabía que su vida cambiaría drásticamente y no obstante ello, decidió que lo que él quería era vivir y asumir las consecuencias, de lo contrario, moriría….

¿Qué pasa con los cambios? , ¿por qué nos atemorizan?…. He pensado este tema y parece como un común denominador para muchas personas que conozco, que los cambios atemorizan y por lo tanto la posibilidad de un cambio en la vida nos llega a paralizar… y sin embargo, en ocasiones, ese cambio o posibilidad de que se de, nace de lo más íntimo de nosotros mínimos como una necesidad de girar el timón de nuestro destino y en otras ocasiones, es el mundo externo el que nos enfrenta a él…. y sin importar el aspecto por el cual ese cambio se presente en nuestras vidas, lo que si es real, es que nuestra vida cambia como consecuencia de ello.

Ayer, al escuchar la conferencia de Aron, me conmovió la idea de que el cambio en su vida significó para él, la posibilidad de seguir viviendo…(….durante una excursión, se cayó entre una gruta y una piedra cayó encima de su mano, dejándolo atrapado “127 horas” …) la única posibilidad que tenía de sobrevivir era dejar atrás lo que lo tenía atrapado y abrir la posibilidad de vida….

Mi deseo…
Que las piedras que nos caigan en la vida, no nos paralicen ni nos atrapen…
Que aún y cuando la piedra nos detenga, tengamos la fortaleza y el deseo de vivir a tal grado que podamos dejar atrás lo que nos detiene y nos impide seguir adelante…
Que el deseo de vivir NO sea nuestro más intenso instinto …. sino que sea el deseo de amar…, es decir, el instinto de amar lo que nos mantenga vivos y nos de ánimo para seguir adelante y enfrentar los cambios que se presenten en nuestras vidas.
¡Mucho ánimo!

Hoy, agradezco a Dieter Holtz quien me invitó a escuchar a Arron Ralston y sobretodo le agradezco a él, el hecho de compartir su experiencia…. como dicen por ahí, el mero hecho de estar en el auditorio, su mera presencia era motivo suficiente para mi, para ponerme de pie y aplaudirle…

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