La seguridad de todos es primero
¡Amaneció lloviendo y con viento! Aún estaba oscuro y el cielo totalmente negro y sin embargo a las 3.30 de la mañana estaba lloviendo y había viento…
¿Qué pensé? No importa, yo de todas maneras voy a estar mojada…. no será la primera vez que nade en estas condiciones así que, ¡a disfrutarlo!
Durante el trayecto del Ferry de Bridge Port a Port Jefferson amaneció y con la poca luz del día vi que seguía lloviendo y en medio del Long Island Sound había un oleaje considerable debido al viento. El Ferry estaba lleno de nadadores, observadores, voluntarios y personal médico del evento SWIM Across the Sound, y pareciera que todos estaban contentos de estar ahí, es decir nadie preocupado por la llovizna y más bien con la idea de que la llovizna y el viento iban a desaparecer. Al llegar a Port Jefferson, localicé a Kevin Blanco el capitán de la embarcación que sería mi guía durante el nado y abordamos para iniciar. Un trayecto corto del muelle hasta la playa donde todos los nadadores tendríamos que echarnos al agua, nadar a la playa para de ahí empezar el nado. El día seguía gris…muy nublado, la lluvia poco más tupida que un par de horas antes y el viento había incrementado y sin embargo yo traía puesto mi traje de baño naranja, mis goggles y gorra, lista para echarme el clavado y nadar hacia la playa de punto de inicio del evento.
Ese primer clavado te quita la respiración, ¡el agua estaba fría! pero empecé a nadar y me fui sintiendo cómoda con la temperatura …al llegar a la playa, ya había varios nadadores esperando el silbato de inicio…muchos de ellos temblando y con frío pero listos para empezar. Al esperar el silbetazo de salida en la playa vi frente a mi una cantidad impresionante de embarcaciones, alrededor de 100 desde veleros, lanchas rápidas y en su mayoría pesqueros, así como kayaks y dos embarcaciones de la Capitanía de Puerto, que serían los barcos para seguir a los nadadores durante todo el evento.
Al escuchar el silbatazo de salida, corrí al agua y empecé a nadar… en mi cabeza había dos palabras… ¡Gracias Dios y vamos adelante! A los pocos minutos me sentí muy bien y ya había llegado al punto donde esperaban las embarcaciones así que empecé a nadar rápido para salir de la pequeña bahía y empezar a cruzar el Long Island Sound…
Más lluvia y mucho más viento y sien embargo, yo seguía nadando y pensé en disfrutarlo todo el camino… lo que si me di cuenta es que las personas que estaban en mi embarcación guía, que eran parte de mi equipo para este nado Gela Limonchi, Amanda responsable médico y Beth observador-juez, no la iban pasando bien, ya que por el viento, el oleaje empezó a ser cada vez mas alto y seguido y el movimiento en la embarcación complicaba cualquier acción que llevaran a cabo. Rebasé a un par de embarcaciones que iban guiando a relevos y me di cuenta que el proceso de los relevos se complicaba mucho con tanto oleaje y viento y sin embargo yo, ¡venía cómoda y nadando bien!
Nadar en el mar con Viento Fuerza 5 no es fácil pero hay que aprender a disfrutar el oleaje… los abastecimientos fueron complicados por el movimiento de la embarcación y de hecho estuve nadando bastante alejada de la misma para no correr el riesgo de un golpe, mi cabeza pensando todo el tiempo en que mis brazadas significan much vida y por lo tanto, “Gracias Dios y a seguir adelante” como mantra repetía esta frase cada brazada.
La contingencia de tormenta ocasionó que el nado se suspendiera de emergencia y todos los nadadores tuvimos que detenernos y subir a la embarcación… hoy todavía tengo grabadas las palabras del capitán que me dijo: “Hay contingencia de tormenta hay que salir del agua de inmediato…” Mi respuesta aún flotando y sin quererme subir a la embarcación fue: “¡yo estoy bien, yo quiero seguir nadando!” y su respuesta fue:…”La seguridad de todos es primero!”
Mi nado en el Long Island Sound fue de 5 horas …yo quería seguir nadando pero aprendí, que la seguridad de todos es primero!
¡También , constaté, que sigo en la batalla hombro con hombro con muchos más!