¡2018 amanece con luna llena!

Primer día del 2018, amanece con luna llena!

Ayer en la tarde, mientras los últimos rayos de sol aparecían en el horizonte, del otro lado aparecía una luna que le daría la bienvenida al nuevo año… y así fue, a las 12 de la noche no solo brillaban los fuegos artificiales sino también la luna, con todo su esplendor.

Hoy antes del amanecer, mientras contemplo el conejo de la luna que ya está boca abajo después de haber recorrido la bóveda celeste, pienso en lo que vendrá este año, y decido disfrutar el hoy y el ahora. Sin nostalgia por lo que ya fue y sin ilusión por lo que vendrá, decido que este año, habrá que ir viviendo cada momento, con mucha cabeza y con todo esfuerzo. Es como cuando vas a la mitad de un nado complicado, hay que estar al 100 por ciento en cada momento sin anticipar el fin y sin aferrarte al punto de partida, muy concentrada en cada brazada, en que cada una de ellas sea eficiente para ir avanzando, concentrado en que las olas que te van revolcando no te desvíen del objetivo, con toda paciencia para nadar contracorriente y sobretodo, cuando hace frío, generando tu propio calor para seguir adelante… es decir, siendo tu propio motor y para ello, hay que “ser” en toda la extensión de la palabra al 100 cada instante.

Para 2018 seré mi propio motor … que me lleve a lugares no imaginados, que me sorprenda con su potencia, que me impulse más allá de lo que pensaba que podía, que mantenga un paso constante y tenga la capacidad para acelerar cuando sea necesario, que me detenga para apoyar a otros, que tenga la fuerza para jalar a los que se quedan atrás y que se llene de esa gasolina que se llama amor.