Aún en una situación de alarma, ¡Cierra los ojos y respira profundo!

Hace frío, lo siento en la cara, las manos y el cuello… respiro y el aire helado llena mi cuerpo.. la nariz la tengo roja y los ojos me lloran… cuando la ola llega a mis pies, los dedos automáticamente se encogen como no queriendo sentir… me pongo los gogles para proteger mis ojos, para que las lágrimas no me enfríen más y doy un paso al frente … mis pies se sumergen en el agua que se siente a menos de 12 grados Centígrados y hay algo que me frena y me dice no sigas y sin embargo, sigo dando pasos al frente… el primer contacto con el agua duele pero la primera zambullida para empezar a nadar te drena toda tu energía y te corta la respiración, los pulmones se contraen y pareciera que no se llenan de oxígeno, el agua helada quiere paralizar mi cuerpo y la cara se me acalambra con un dolor extraño… y así empiezo las primeras brazadas … abro los ojos y repito este ejercicio todos los días .. para visualizar el camino y preparar mi mente para la prueba que viene…

Con todo y que todos los días hice mi ejercicio de visualización, el momento llega y lo real es lo que es…. no imaginé que el agua estuviera tan fría, ¡9 grados centígrados!

Voy entrando poco a poco hasta que lega el punto en que hay que empezar a dar brazadas y mi corazón latiendo a tope, mi cerebro digiriendo un espiral de emociones, sensaciones y pensamientos que se presentan al mismo tiempo, mis pulmones llenos, parece que explotan, mi cuerpo trabajando a su máxima capacidad una luz amarilla y luego una roja, señal de alarma … ¡no sé qué hacer! y en rincon de mi mente, un diminuto pensamiento, que va creciendo, va tomando fuerza y se va apoderando de todo lo que hay alrededor, una orden: “cierra los ojos y respira profundo “… y el resto en huelga, asustado, paralizado, en shock, temeroso, nervioso, ¡no reacciona! y nuevamente: “respira profundo y con mucha paz “…
A todos nos pasa, y para ese momento, permite que ese diminuto pensamiento crezca y te fortalezca: “respira profundo y con mucha paz”… y entonces sí, reacciona y piensa con calma para poder seguir adelante, seguro de lo que estás haciendo. Cuando se presenten momentos en tu vida que te acorralan y te impiden seguir adelante.. permite que ese diminuto pensamiento tome el control y tú, reconoce que en medio de un espiral, hay una salida..

Cierra los ojos y respira profundo para que puedas recobrar la calma y pensar que aún en medio de la tormenta hay salida y mantén tu corazón en paz.