Como gota de agua…

Hace unos días, el equipo de beisbol “Los Diablos Rojos del México”, me invitaron a lanzar la primera bola del juego contra los Toros de Tijuana. Cuando recibí la llamada de Monse, de Relaciones Públicas del Equipo, quien me planteó la invitación, automáticamente dije que sí, y al colgar la llamada, me empecé a poner nerviosa pensando, ¡nunca he lanzado una bola de beisbol!

Durante el fin de semana, mi hijo Lalo me enseñó a lanzar y practiqué con él, con Andrea, y mis sobrinos. El parque donde hicimos la práctica estaba totalmente seco, no había llovido, incluso se respiraba un aire seco y cargado de calor. Mientras practicaba, pensaba en el día del juego y me concentraba para lanzar correctamente. Ese día hice como 100 lanzamientos, algunos me salieron fatal, gracias a Dios, no descalabré ni a mis hijos ni a mis sobrinos, ni a nadie, otros salieron mejor y un par de ellos, realmente bien. Al final de la práctica, pensé en la capacidad espectacular que tenemos los seres humanos de aprender,

A los dos días, quise volver a practicar y empezó a caer un aguacero que finalmente me dejó sin poder lanzar ese día, pensé que mi siguiente oportunidad sería hasta el día del juego. Unos días después, pasé por el parque rumbo a mi trabajo, y ¡casi cocho de la impresión, no lo reconocí! Así como una semana antes había estado todo seco, la lluvia de los días previos, había hecho la magia, todo verde!

Así como una gota de agua tiene la capacidad de hacer germinar una semilla, generar vida, y reverdecer lo que parece seco, así también, cada uno de nosotros tenemos la capacidad de una gota de agua.

Esa gota de agua es un instante, un momento en el que tomamos la decisión de manera voluntaria y racional, de transformarnos. El ser humano es el único ser vivo con esa magia, con la capacidad de racionar y de ser consciente de los que está sucediendo, decidiendo, racionalizando y sobretodo, con la voluntad de llevarlo a cabo. 

Es la voluntad humana, el poder transformador, es esa voluntad la que se genera en nuestro ser, en un instante.  Se genera en nuestra mente y depende de cada uno de nosotros de llevarla a cabo, y es en ese momento, cuando se crea la magia de la transformación. “Me decido a hacerlo y lo hago.”

Impresionante la sensación de estar en medio del diamante para lanzar la primera bola del juego, y en mi mente, estas palabras, “yo puedo”, “me decido a hacerlo, y lo hago”, lo demás, es historia. Después de ese, día hubo varias personas que me preguntaron si iba a dejar de nadar para jugar beisbol y la respuesta es negativa; sin embargo, quiero ser como esa gota de agua capaz de transformarme y transformar mi entorno!


#TransformandoMe #TransformandoTe