Días Azules es una celebración de la vida, es un homenaje a todo lo que significa estar vivo y a todo lo que nos hace luchar por conseguir un sueño.

Llevaba nueve horas y media nadando, tratando de cruzar el Canal de La Mancha, había iniciado el nado a las 8:45 am hora local y poco más de nueve horas después, no veía la costa francesa…. El viento arreciaba cada hora que transcurría, las nubes cubrían el cielo, los hombros me pesaban en cada brazada, la lengua la tenía tan hinchada por la sal que casi no me cabía en la boca, me dolía la garganta y tenía mucho frío…

No sabía si iba a poder terminar… pasaron tantas cosas por mi cabeza pero básicamente lo que me impulsó a seguir y a dar brazadas hasta llegar a la otra orilla fue el apoyo y cariño de las personas que me acompañaron durante toda esta aventura, desde el inicio y planeación, los entrenamientos, las horas de tina con hielo, los kilómetros en el agua y recordé un momento especial.

Un momento lleno de amor y cariño de Anayeli, una niña maravillosa de ojos negros y generosos que un día, al terminar de entrenar en Alchichica me regaló un pan con forma de corazón. Ese día, al terminar mis horas de nado en Alchichica,  me salí del agua y vino corriendo y me dio una bolsa de plástico con el pan dentro, lo saqué y me lo comí de inmediato. Ese pan que me regaló Anayeli meses atrás, sirvió de alimento y energía para poder continuar.

Hoy recuerdo ese momento con una sonrisa y lo comparto de la misma forma que ella compartió su pan conmigo. ¡Gracias!