Poco a poco, conforme vamos creciendo, nos vamos dando cuenta  que cargar peso en exceso no sirve,  nos debilita y frena y sin embargo en ocasiones nos aferramos a esa carga que no podemos dejar atrás.

He pensado que incluso los atletas pasan por etapas en su preparación física que requieren de esa carga extra para poder llegar a un punto óptimo en su preparación pero una vez que llegan al objetivo, la carga se disminuye y el atleta está listo para su mejor desempeño.

Lo que sucede con los atletas también nos sucede en diferentes situaciones de vida en las que por alguna razón, tenemos un problema, una pena, un momento difícil, un reto no terminado, en fin, y esas circunstancias nos dejan una marca o una huella que con el paso del tiempo se convierte en una carga.  Cada día que pasa, la carga pesa más que el día anterior y mientras no nos decidamos a dejar de cargar ese peso extra que nos frena y debilita, nuestros objetivos se vuelven más lejanos y difíciles. A todos nos ha pasado esto y antes de seguir un paso más, deja cuanto antes esa carga y entonces sí sigue…

Yo nado ligera, con mi traje de baño, gorra y goggles, y sin la carga que me haría lastre y me impediría dar brazadas hasta llegar a la otra orilla. Para que mis brazadas en el agua se transformen en beneficio para otros, deben ser brazadas de fortaleza, apoyo, confianza y amor.

Sigue tu camino si cargar lastres que te frenan y te impiden llegar a realizar tus sueños.. Disfruta el camino  y cada paso. Así lo hago yo, disfruto desde el primer momento y cada brazada,  hasta llegar a la otra orilla.

¡Animo!