La luna me recordó que hay que perseguir mis sueños…

La luna que me sorprendió esta mañana

Estos últimos tres días, la luna me recordó que hay que perseguir los sueños…

Anoche, fue mucho más contundente… no solo me recordó que hay que perseguirlos, sino también que hay que estar enamorada de tus sueños para no dejarlos ir, para alcanzarlos, para perseguirlos y sobretodo, para disfrutar el camino…

Cuando la vida se complica, se van cayendo, poco a poco, aquéllos sueños que habíamos pensado en algún momento;  se caen como si no hubiera más allá… y dejan una sensación de desolación y vacío. Es real, las personas empezamos a construir sueños y vamos cimentando nuestra vida alrededor de ellos, los vamos trabajando y construyendo, haciendo lo necesario para hacerlos realidad, y sin embargo, cuando se complica la vida, esos sueños empiezan a caer uno a uno y la caída puede provocar esa sensación horrible de vacío.

Yo pienso que cuando se complique la vida, más fuerte tendremos que trabajar para conseguir nuestros sueños, no dejarlos caer, y aunque en esos momentos se vuelvan escurridizos o se escondan, perseguirlos… como me pasó con la luna, tres días persiguiéndola para tomar una foto y ¡no se dejaba!  Desde el jueves apareció un luna espectacular que a ratos se escondía detrás de las nubes. El viernes me pasé prácticamente  toda la tarde-noche manejando, con un trafical típico de viernes de quincena en la Ciudad de México y en momentos veía a la luna esplendorosa, pero parecía que nuevamente se escondía.

Durante mi entrenamiento de ayer, que nadé 10 kilómetros, me quedó claro, que así como he buscado la luna para contemplarla, así tenemos que buscar esos sueños perdidos o caídos, para reencontrarlos y hacerlos nuestros. A mediados de este año, voy a intentar  nadar un cruce  de más de 40 kilómetros que implicará muchas horas de nado, estoy segura que muchas más horas de las que he nadado en mis nados previos, y para ello, estoy rescatando un sueño que se me había caído en algún momento.  Precisamente, el sueño de perseguir mis sueños y hacer todo lo que sea necesario, en cuanto a esfuerzo, disciplina, constancias, ánimo, voluntad y lo que se requiera en el camino, para hacerlos realidad.

Se dice fácil, pero a veces, la voluntad de perseguir los sueños, se complica y se queda como en pausa, pero una vez que volvemos a retomarla, no hay que dejarla ir y menos permitir que se nos caigan los sueños,  mejor  construirlos día a día.

Esta mañana, amanecí pensando en que no había podido ver la luna como me gusta y al asomarme por la ventana, me sorprendió… ¡la luna al amanecer! con ella, sello este pacto de no darme por vencida en perseguir mis sueños y trabajarlos con los ojos abiertos, venciendo los obstáculos que se presenten en el camino, para hacerlos realidad.